lunes, 12 de abril de 2010

Paulette y lo mediático.

La estrategia del rating y el vacío cultural de “La civilización del espectáculo”, llega a su máxima expresión con el escándalo provocado por el asesinato de Paulette Gerbara Farah, quién se ha colocado en el centro de la agenda nacional como debate de la opinión pública, un tema que efectivamente retrata a la perfección a la sociedad mexicana del bicentenario (o Vicente Nario para los amigos).

Cuando un tema se vuelve de interés público este permea en todas las clases sociales, se vuelve el tópico del cual hay que estar informados para poder intercambiar puntos de vista con nuestros conocidos, deja de ser “un tema de conversación”, para convertirse en “el tema de conversación”.

No había tenido en mis manos un tema tan relevante para explicar los puntos de vista de la sociedad mexicana como el que ahora se explica con el caso de la misteriosa muerte de la niña Paulette Gerbara Farah, alrededor del cual se ha desprendido el debate de la opinión pública.

La niña primero fue reportada desaparecida y su cobertura en la prensa fue mayor al tratarse de una familia rica, la madre de Paulette fue la encargada de dar la nota mediática al denunciar una desaparición muy misteriosa y un secuestro “Obra de Harry potter”.

Ahí comenzó la novela seriada, elaborada por las televisoras como un remake de “Los ricos también lloran” pero ahora en versión reality show, en un asunto donde se exhibe la ineficacia de las policías, se exhibe el vacío informativo de las televisoras al darle prioridad en la agenda a un tema trivial (según ellos cumpliendo una función social), en comparación a el tema antimonopolios, la iniciativa de una nueva ley de medios entre otros tantos temas de mayor interés público, se exhibe también a nuestra clase política con un Alberto Bazbaz mareado entre declaraciones y testimonios y a sus enemigos políticos lucrando para denostar políticamente al gobernador de Estado de México, se exhibe que los mexicanos damos todo por 5 segundos de fama (las bochornosas declaraciones de la Mamá de Paulette),se demuestra de nuevo que los mexicanos estamos pendientes del amarillismo de la prensa y a todos nos gusta opinar y dar distintas hipótesis aunque no tengamos claro como sucedieron los hechos.

En lo único que estoy cierto es que después de toda está carambola mediática, pondremos este caso en el baúl de lo escasamente exclarecido, al lado de todos los casos torvos de la justicia y “función mediática” mexicana.